¿Alguna vez has sentido que, por más que te cepilles los dientes, algo no termina de sentirse bien? Quizá tus encías sangran un poco al usar hilo dental, o notas un mal aliento que no desaparece.
Estos pueden ser señales de que necesitas algo más que una limpieza rutinaria. Hablamos de una limpieza de dientes profunda, un tratamiento que no solo cuida tu sonrisa, sino que puede ser clave para salvar tus dientes a largo plazo.
Si vives en Las Palmas de Gran Canaria y te han recomendado este procedimiento, aquí te contamos todo lo que debes saber: desde cómo se realiza hasta cómo prepararte para que la experiencia sea lo más tranquila posible.
¿Qué es una limpieza profunda y por qué es diferente?
Una limpieza profunda, o raspado y alisado radicular, se trata de un procedimiento intensivo que busca limpiar desde la raíz de los dientes.
A diferencia de una limpieza convencional —que se enfoca en la superficie dental y los espacios visibles—, este tratamiento llega a las zonas ocultas bajo la línea de las encías, donde se esconden bacterias que pueden causar gingivitis, periodontitis e incluso pérdida de dientes.
Pero no te asustes. Este procedimiento es más común de lo que crees y, aunque suena intenso, está diseñado para ser lo más cómodo posible.
De hecho, muchos pacientes se sorprenden al descubrir que, tras años de sentir incomodidad en las encías, la limpieza profunda les devuelve la sensación de una boca fresca y sana.
¿Cómo saber si necesitas una limpieza profunda? Señales que no debes ignorar
No siempre es fácil reconocer cuándo hay un problema periodontal. A veces, los síntomas son sutiles, pero si notas alguno de estos signos, es momento de consultar a tu dentista:
- Encías que sangran fácilmente, incluso con un cepillado suave.
- Mal aliento persistente, como si nada lo eliminara.
- Sensibilidad al frío o calor, especialmente cerca de las encías.
- Dientes que parecen más largos debido a la retracción de las encías.
- Movilidad en los dientes o un cambio en cómo muerdes.
El procedimiento paso a paso: sin misterios
Si nunca te han realizado una limpieza profunda, es normal sentir un poco de nerviosismo. Pero tranquilo: te explicamos detalladamente cómo transcurre la cita.
1. Evaluación inicial: midiendo las «bolsas» de tus encías
Antes de empezar, el dentista usará una sonda delgada para medir la profundidad de las bolsas entre tus dientes y encías. Si superan los 3 milímetros —lo ideal es que estén entre 1 y 3 mm—, se recomendará el tratamiento. Este paso es indoloro, aunque podrías sentir una leve presión.
2. Anestesia local: comodidad ante todo
¿Duele? Depende. Si las bolsas son profundas o hay sensibilidad, se aplica anestesia local. «Usamos técnicas suaves para adormecer la zona.
3. Raspado (scaling): eliminando el sarro oculto
Con instrumentos manuales (curetas) o ultrasonidos, el dentista retira cuidadosamente el sarro acumulado bajo las encías. El ultrasonido emite vibraciones y agua para desprenderlo, lo que genera un sonido similar a un zumbido suave.
4. Alisado radicular (root planing): creando una superficie limpia
Aquí, el objetivo es pulir las raíces de los dientes para que las encías puedan adherirse mejor. Piensa en ello como lijar una tabla de madera para que quede lisa: así las bacterias no tienen grietas donde esconderse.
5. Toques finales: antibióticos y recomendaciones
En algunos casos, se aplica un gel antibiótico en las bolsas para eliminar bacterias residuales. También podrían recetarte enjuagues especiales o medicamentos si hay infección.
¿Cuánto dura el tratamiento? Planifica tu agenda
Una limpieza profunda no es algo que se haga en 20 minutos. Dependiendo de la gravedad, puede dividirse en dos sesiones (por ejemplo, un lado de la boca cada vez) para no saturar al paciente. Cada cita suele durar entre 45 y 90 minutos.
¿Qué sentirás después? La verdad sobre la recuperación
Tras el procedimiento, es normal experimentar:
- Sensibilidad dental leve, especialmente con bebidas frías o calientes.
- Encías ligeramente inflamadas durante 2-3 días.
- Un pequeño sangrado al cepillarte, que debería desaparecer en 48 horas.
Si el dolor persiste más de una semana o notas algo inusual, contacta a tu dentista. Podría ser señal de que necesitas un ajuste en el cuidado post tratamiento.
Beneficios que van más allá de una sonrisa bonita
Una limpieza profunda no es solo un «reset» para tus encías. Sus ventajas impactan en todo tu cuerpo:
Reduce el riesgo de enfermedades cardíacas: Las bacterias periodontales pueden viajar por el torrente sanguíneo.
Mejora el control de la diabetes: La inflamación de las encías dificulta regular el azúcar en sangre.
Protege durante el embarazo: La periodontitis se ha relacionado con partos prematuros.
Además, notarás cambios inmediatos: aliento más fresco, encías más firmes y una sonrisa que se ve —y se siente— genuinamente saludable.
Mantenimiento: el secreto para que los resultados duren. De nada sirve invertir en una limpieza profunda si no cambias ciertos hábitos. Tres claves:
Cepíllate con técnica: Usa un cepillo suave y haz movimientos circulares, no horizontales.
No te saltes el hilo dental: Es la única forma de limpiar entre los dientes, donde se esconden el 40% de las bacterias.
Visita al dentista cada 3-6 meses: Las limpiezas de mantenimiento son esenciales para evitar que el sarro regrese.
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En nuestra Clínica Dental Grau, entendemos que cada boca es única. Por eso, antes de empezar, dedicamos tiempo a escuchar tus preocupaciones y explicarte cada paso. Usamos tecnología de última generación, como ultrasonidos de baja vibración, para que el proceso sea lo menos invasivo posible.
Conclusión: No pospongas tu salud bucal
Una limpieza profunda puede parecer un paso grande, pero en realidad es una inversión en tu bienestar. Si sospechas que tus encías necesitan ayuda, no esperes a que el problema empeore.
¿Listo para marcar la diferencia? Agenda tu evaluación sin costo y descubre cómo una limpieza profunda puede transformar no solo tu sonrisa, sino tu salud en general. ¡Te esperamos!
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